Como continuación a los dos
artículos anteriores sobre monitores que habéis podido leer en este blog, sigo
en la misma idea de que hay muchas cosas que se pueden hacer con respecto a la
docencia. Seguimos estando rodeados de mucho monitor titulado y de otros que no
lo están, tratando de ganarse la vida a costa de enseñar cualquier cosa. La
verdad es que no me gusta ser muy crítico con quien quiere ganarse un dinero
enseñando, pero sí que lo hago con aquellos que no tienen conocimientos
suficientes para transmitirlos, se piensan que con jugar cuatro días a la
semana y pasar la bola al otro lado de la red, ya están preparados para dar
clases… Esto sí que no puede ser!!
Enseñar no es pasar la bola
más o menos de cualquier forma al otro lado de la pista. Enseñar supone hacer
que tus alumnos aprendan todo lo que tienen que aprender según su nivel, en el
menor tiempo que se pueda dependiendo de la facilidad de cada uno y de una
manera correcta. Qué quiero decir con “de una manera correcta”. Aquí es donde
podemos tener conflicto. No creo que haya una única forma de enseñar, creo que
eso todos lo tenemos claro, pero lo que sí que hay son una serie de aspectos
básicos que sí que tienen que ser los mismos.
Me explico… hay que centrarse
en que el alumno tenga una base técnica “perfecta”. No hay que exigirse menos.
Luego puede tardar más o menos en aprenderlo y le saldrá más o menos en la
línea de lo que buscabas. Pero ese tiene que ser tu nivel de exigencia, no sólo
con el alumno, sino contigo mismo.
En mi caso, por ejemplo,
siempre me pido fijarme en estos tres pilares que tanto me habréis oído decir o
haberlo escrito numerosas veces… empuñadura continental o lo más parecida
posible, la mano no dominante (izquierda para diestros y derecha para zurdos)
colocada en el corazón de la pala como si fuera una percha y golpes lineales
donde la mano izquierda/derecha participa en la ejecución del revés reteniendo
la pala (siendo ésta una de sus funciones más importantes).
El cómo debes enseñarlo, la
progresión didáctica para que el alumno pueda aprenderlo cuanto antes, los
ejemplos que utilices para que sienta lo que está haciendo y cómo tiene que hacerlo…
todo esto es lo que depende ya de cada profesor. Aquí sí que se puede hacer
valer el dicho de “cada maestrillo tiene su librillo”. El problema viene cuando
este “librillo” no sirve para nada. Cuando es el propio profesor el que tiene
que pasar más horas como alumno. Ahí es donde tenemos un gran problema!!
Por otro lado me gustaría diferenciar
entre el profesor que no tiene maldad y se piensa que puede dar bien las
clases, que se ofrece para dar clase a niveles de iniciación o a niños
(pensando que son las más fáciles) y trata de esforzarse planificándose las
clases e involucrándose en el aprendizaje de sus alumnos… y el profesor que
sabiendo que no tiene mucha idea se “vende” como un gran profesional que a la
hora de la verdad ni enseña ni ná.
Sólo se limita a tirar bolas, a hacer mucho ejercicio dinámico en pista y sus
alumnos sólo progresan por el tiempo que llevan dando clases no por las dotes
docentes de su “profe”.
No voy a entrar en los
distintos tipos de profesores que hay, lo dejo para otro artículo más adelante.
El principal problema que se
puede tener hoy en día es que cualquiera se cree que puede enseñar… en esto
estamos todos de acuerdo. Qué soluciones se pueden dar… La primera de todas es
que el futuro docente sea consciente de que aún está verde para enseñar (que es
una tarea algo complicada) y la segunda es que una vez conseguida la tan
deseada titulación, sea capaz de preocuparse en seguir formándose como docente,
tratando de enseñar cada vez mejor. ¿Cómo se da uno cuenta de esto? Pues viendo
con cada palabra que le dice a su alumno si éste logra hacerlo, en cuánto
tiempo logra hacerlo y si mantiene en el tiempo lo que ha aprendido. Creo que
es lo que a mí me ha pasado en todos estos años. A base de ir probando
diferentes ejemplos como metáforas, símiles o demostraciones, he conseguido ir
creciendo como docente.
Está claro que uno no tiene la
verdad absoluta en su metodología, pero el progreso del alumno es quien marca
el conocimiento que tienes. Si no progresan, eres “regulero”. Esto por mucho
que lo queramos maquillar es un hecho. Para ser bueno tus alumnos tiene que mejorar,
sobre todo técnicamente. Si no es así, como se suele decir, “háztelo mirar”.
Gran articulo y gran verdad!! Enhorabuena por este blog!!
ResponderEliminarMuchas gracias Miguel. Ya sabes que el tema de monitores da mucho juego. Hay mucho de qué hablar.
EliminarUn saludo y gracias por el comentario
Y que lo digas!!! Yo me dedico a la docencia en el padel y aprendo solo con leerte, no lo dejes hugo sigue asi!!
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarContinental, qué bonita palabra pero, cuántos profesores son capaces de utilizarla?
ResponderEliminarUno que, por deformación profesional, se fija en esos "pequeños detalles" puede dar fe de que un número demasiado elevado de ellos es incapaz de hacerlo.
Enhorabuena por este blog, ha sido todo un descubrimiento para mí.
La verdad es que es normal que muchos de los monitores que están saliendo desde hace unos años con el título debajo del brazo tengan empuñaduras malas. Vienen del tenis, en los cursos que han hecho no se les ha corregido y posteriormente ellos mismos tampoco hacen mucho por cambiarla.
EliminarEl futuro es el reciclaje de monitores. Hay tantos y tan "malos" que reciclarlos es fuente de ingresos seguro.
Gracias de nuevo por haber participado en el blog (veo que has leído unos cuantos artículos). Espero poder actualizarlo con más asiduidad. Estoy en ello, pero no siempre encuentro tiempo para hacerlo.
Un saludo
Razón tienes en lo que indicas, Berasategui hizo, sin querer, mucho daño al pádel ;-)
EliminarUn cordial saludo.