miércoles, 20 de febrero de 2013

"Soy monitor... tengo el título"

Desde hace ya unos años es un hecho que el pádel pasa por un momento de auténtica locura. Somos el segundo deporte más practicado de España, no paran de hacer clubes al aire libre, techados, indoor, pistas en urbanizaciones, en polideportivos y sobre todo ha habido un aumento de titulaciones “padeleras”.

Como ya comenté en algún foro no pretendo analizar las diferentes federaciones, asociaciones o cursos que imparten y otorgan estos títulos. Creo que hay dos aspectos de los que merece más la pena hablar: las personas que se apuntan a esos cursos para poder impartir clases y la responsabilidad que tienen estas “entidades” que dan las titulaciones con respecto a la formación de estos futuros compañeros de profesión.

Empezaré por vosotros, los monitores, compañeros de trabajo que al igual que yo os sacasteis el título para poder dar clase en un club y poder ganar dinero enseñando.

Sacarse el título no es sólo pagar el curso, aprobarlo y “venderse” por los clubes y urbanizaciones. Conlleva muchas más cosas que me gustaría que entendierais. El título es lo que en un club, polideportivo o escuela se te va a pedir para poder trabajar, pero ante todo vas a enseñar, vas a hacer que los futuros alumnos que vas a tener en la clase puedan aprender, mejorar y evolucionar de la mejor manera posible. Esto supone que tu práctica y tus conocimientos tienen que estar a la altura de lo que se necesita para la docencia.

Está claro, y no me olvido, que para poder ir adquiriendo experiencia hay que empezar algún día a dar clases y que con el tiempo ganarás en recursos, trucos y habilidades para poder hacer que los alumnos aprendan y mejoren lo antes posible. Por ello tu formación como practicante tiene que ser lo primero que has de tener en cuenta. No creo que hagas ningún bien enseñar si como jugador de pádel aún estás un poco verde sobre todo técnicamente.

No quiero decir que tengas que jugar como los profesionales para enseñar, pero ante un alumno eres un ejemplo a copiar y si técnicamente estás a medias, no enseñarás correctamente. A los alumnos les vas a transmitir siempre lo que tú sabes hacer y si hay elementos de los golpes que no haces ni tú mismo, menos lo vas a corregir en el alumno.

Os pongo un ejemplo. Yo he visto a profesores que no utilizan la mano izquierda en los golpes de revés o que ni si quiera la ponen bien en la pala. Después de estar viéndoles un rato dar clase y observando a sus alumnos con el mismo problema, en ninguna ocasión de todo el tiempo que he estado mirando se le ha ocurrido decirle nada de esa mano. Si este detalle lo extrapolas a todo lo que tú como su profesor no haces, más lo que por tu poca experiencia no detectas, tienes a un alumno que progresará muy poco. Y digo muy poco porque un alumno, aún no haciéndole ninguna corrección, progresa tan sólo con hacer cientos de repeticiones. Siempre mejorará con respecto al primer día. El problema te vendrá cuando lleve seis meses en la escuela y ya no dé más de sí.

El resumen de lo que has leído es que antes de enseñar y sacarte el título quizá debas seguir siendo por un tiempo alumno.

Por otro lado tenemos a las “entidades” que dan esos títulos. Espero que de todo lo que pueda escribir nadie se sienta atacado, aunque no es sólo una cosa mía la opinión que os voy a dar, sino que muchísimos profesionales con un buen bagaje padelero y docente opinamos sobre el exceso de titulados y su formación.

Creo que no se hace ningún favor permitiendo que personas que quieren el título lo obtengan sin estar preparados. Creo que ni si quiera deberían poder apuntarse tan pronto. Tendrían que volver cuándo estén técnicamente mucho mejor preparados.

Creo que hay que enseñar lo que es la realidad de las clases. Lo que van a encontrarse según los niveles que hay. Qué pueden enseñar y qué no según el tipo de alumno que tengan delante. En qué fijarse para corregir esto o lo otro, qué hacer para que el alumno lo mejore cuanto antes. Trucos para poder tirar la bola de una manera u otra dependiendo del nivel del alumno… en fin, aquellas personas que están bajo vuestra responsabilidad no pueden obtener ningún título sólo porque pagan. Para los clubes que luego andamos buscando monitores para nuestras escuelas no nos hace ningún bien esto y mucho menos que estos profesores poco formados vayan a las urbanizaciones a dar clase a 15€ la hora.

La formación del docente tiene que ser algo positivo para el mundo de la enseñanza y no un aspecto desagradable de la misma.

El docente que salga con el título debajo del brazo tiene que contar con unos mínimos de conocimientos sobre lo que va a enseñar, pero sobre todo tiene que tener unos mínimos requisitos técnicos fundamentales que mientras no los tenga, debería seguir siendo alumno antes que profesor.

sábado, 9 de febrero de 2013

"La gran olvidada..."

En todos estos años que llevo dando clases, tanto de tenis (hace ya mucho tiempo) como de pádel, me he dado cuenta de la gran importancia que tiene aprender/enseñar/utilizar la técnica de los golpes lo mejor posible.

En la actualidad todo el mundo juega al pádel. Se sabe con datos que es el segundo deporte más practicado de España y mires donde mires tienes pista de pádel (urbanizaciones, polideportivos, clubes privados…) y mucha gente jugando en ellas.

 Quizá por mi deformación profesional, como se suele decir, como docente no puedo evitar fijarme en la manera en la que estos practicantes cogen la pala, hacen los golpes, se colocan en la pista, qué actitud tienen con su compañero/a… en fin, en todo lo que me pueda dar tiempo en esos segundos que les presto atención. Pero por encima de todas estas cosas siempre hay algo en lo que me fijo mucho más y es la técnica (la empuñadura, armados del golpe, salidas del brazo, distancia con respecto a la pelota y su punto de impacto…), pero sobre todo hay un detalle que no puedo dejar pasar por alto y es el uso de la mano izquierda (o mano derecha para los zurdos).

Existe un porcentaje asombrosamente alto de jugadores/practicantes que no cogen bien la pala, que su mano izquierda no está bien puesta y por lo tanto existe una limitación importante en la ejecución de todos los golpes de revés, sobre todo en las bolas más exigentes.

La forma correcta de coger la pala es poniendo la mano en forma de “C” y colocar la pala en ella como si se tratase de una “percha”. De esta forma siempre que se vaya a hacer un revés (tanto de fondo como en la volea) deberá existir una tensión entre la mano izquierda y la derecha como si las dos quisieran llevarse la pala y como consecuencia de dicha tensión un brazo saldrá hacia delante y el otro hacia atrás.

Si no se coge la pala de esta forma estarás condenado a NO PROGRESAR en tu juego. No podrás jugar con gente que juegue más que tú porque no tendrás capacidad de sacar las bolas difíciles que te puedan tirar y tendrás que jugar siempre en un mismo nivel.

No poner la mano izquierda bien supone no tener fuerza en un bote-pronto, en las bolas que salen bajitas de la pared cuando te atacan de volea, tener una volea que llegue a la pared y sea agresiva, poder sacar esa bola que pega en la pared lateral y se te cuela un poquito detrás del cuerpo…

Tenéis que fijaros en la gente que juega bien y prácticamente todos ponen bien esta mano (aunque os sorprendería ver a jugadores/as muy buenos del circuito madrileño que no terminan de poner y usar bien esta mano)

Qué supone NO colocar bien esta mano:

-          No tienes fuerza en el golpe.

-          No se sacan las bolas más difíciles y bajitas de pared.

-          El bote pronto te costará mucho más controlarle.

-          El brazo izquierdo (para diestros) no se irá hacia atrás para equilibrar el cuerpo.

-          El cuerpo se moverá mucho más ya que al no llevar el brazo izquierdo atrás se tiende a terminar con la pala en la zona derecha quedándote en cruz mirando al campo contrario, eso si no terminas cayéndote a la derecha al no frenarte el brazo izquierdo (e incluso puedes perder el equilibrio y quitar el pie de apoyo que tendría que estar delante).

-          El brazo izquierdo al no haberse producido esa tensión entre ambas manos no se va hacia atrás y se queda como si no tuviera vida.

-          NO existe el golpe plano de revés: sin esta tensión el gesto siempre se suele hacer de arriba a abajo teniendo sólo como golpe de revés el cortado, eso si no juegas de muñeca (se rompe la mano lateralmente).

Estos puntos, por citar algunos porque se podrían poner muchos más, sólo ocurren en el fondo.

Para las voleas, y por resumir, podríamos decir que no existe efecto “tirachinas” entre las dos manos (con la tensión una mano sale hacia delante y la otra hacia atrás), no hay fuerza, el golpe sale flojito, no llega a la pared o lo hace muy débilmente y es fácil de devolver; no equilibra el gesto haciendo de freno = la pala termina a la derecha = no existe extensión del codo derecho en la dirección de la pelota = la posición no puede ser agrupada para hacer el golpe = golpe “regulero”.

Todos estos aspectos son algunas de las consecuencias de no utilizar la mano izquierda, pero donde reside el verdadero problema, la cuestión que lo podría solucionar, la cura para esta “enfermedad” tan contagiosa es el DOCENTE que por desgracia no se fija en esta mano, que ni si quiera se preocupa o lo que es peor aún, que cuando le dieron el título (si es que lo tiene) no le enseñaron a corregirlo, a fijarse en ello, a darle la verdadera importancia que tiene, a hacer ver al alumno que si no pone bien la mano está condenado a no progresar…

No sois conscientes de la importancia que tiene esta mano a la hora de jugar al pádel y de hacer los golpes de revés. Para mí es tan importante como llevarse la pala para jugar y por todas estas razones escritas (y muchas más que se podrían poner) la mano izquierda para los diestros y la derecha para los zurdos  es… LA GRAN OLVIDADA